Los que vamos de vacaciones “al pueblo” o “a la aldea” hacemos cosas que durante el resto del año ni se nos pasarían por la cabeza…
He llegado a esta conclusión mientras tendía la colada en lo que antes era el huerto de la casa de mis abuelos…. Y al girarme he visto a mi padre con barro hasta en las gafas ( él, que siempre va tan elegante ) , intentando arreglar la fuente de delante de casa… Y rápidamente he empezado a pensar en la de cosas que he asumido como normales en toda mi vida veraneando aquí, en mi aldea, que a los que no tienen la suerte de tener pueblo seguro que les parecerán de otro mundo.
Puede que te estes preguntando ¿qué tiene de especial veranear en un lugar apartado , en medio de la montaña, sin tiendas , sin bares, sin supers… ? Pues probablemente si eres una persona urbanita que no soporta el campo, responderás que nada. Nunca entenderás la dependencia emocional que tenemos los que en vacaciones rompemos totalmente con nuestra vida diaria y viajamos a nuestra realidad paralela. Muchas veces sin los lujos de la ciudad, pero con una autenticidad única. Volvemos a nuestras raíces y hacemos cosas como estas:
Ahi va mi lista.
- Ir a misa. Y quedarse fuera para hablar con los amigos. Porque a misa se va a soclalizar. Cuando era más joven recuerdo que cada verano con mis primas esperábamos que hubiera alguna misa de obligatoria asistencia para ir nosotras en representación de la familia. ¿Entrábamos? No. Pero era el momento ideal para ver a tus colegas/ligues/etc.. en la época en la que por no haber no había ni teléfonos en las casas.No importaban los kilómetros de caminata. Si había que ir a misa, se iba. Nosotras encantadas.
- Tender la ropa en la aira, en el huerto, en el pajar, debajo del hórreo.. En la ciudad nos conformamos con el patio de luces, la terraza…. Aquí se oxigena mejor
- Tener paciencia. Que levante la mano quien se haya encontrado con el típico campeón de rallys que va a 40 por hora por la carretera.. da igual la carretera que sea… Yo habitualmente lo hubiera dejado sordo y deslumbrado ., aquí tengo un poquito mas de aguante.. Con lo bonito que es el paisaje,.. estamos en la aldea. Todo vale. Lo mismo que cuando tardan 2 siglos en servirte en un restaurante… pues nada.. mientras traigan la bebida.. ya esperamos.
- Socializar con los de tu aldea. Yo en Barcelona tengo vecinos que ni conozco .. aquí te encuentras con alguien y te pasas horas hablando con una emoción desbordante.. y hasta te da por organizar xuntazas gastronómicas con los habitantes y veraneantes de la aldea de un día para otro. Nosotros en 3 dias hemos montado una. A saber la que liamos el año que viene.
- Vivir sin tiendas. Aquí el super más cercano está a 5 kilómetros. No hay bares ni comercio alguno. Y no se echan de menos. ( a no ser que seas una urbanita de pro q no puede vivir sin su Zara y sin su Mercadona )
- No todos los albañiles saben hacer su trabajo. En el caso de mi familia, el iluminado que arregló la casa se lució , en especial con la distribución y la ducha. Aun asi, es la casa de la familia, y le tienes cariño.. aunque te tengas que duchar haciendo malabares o para ir a la nevera tengas que salir de la cocina. Interiorismo Top.
- Tener siempre a mano el matamoscas ( no el insecticida, el de plástico con forma de mosca ) . A pesar de que hace años que al menos en mi casa no hay animales, y que hay mosquiteras,.. se cuelan. Aun no sabemos por dónde. Mi madre es una experta exterminadora con la pala.
- Hacer de lampista, fontanero, pintor… aunque esa no sea tu profesión. Aquí nos atrevemos con todo y nos dedicamos en cuerpo y alma. ( Si queridos compis de Chat Mestre- Barcelona, va por vosotros )
- Comer cosas que habitualmente no comemos en nuestra casa. Yo por ejemplo, es llegar aqui y tener que desayunar pan ( del de aqui, del bueno ) con paté La Piara tapa negra. Es un trauma infantil supongo, que aun me dura. ¿Ensalada de pasta? ¿Piña?¿Gazpacho? Quita , quita… aquí hay cosas que no entran en mi dieta.
- Perder la noción del tiempo totalmente. Tener que consultar el movil para saber en qué día estamos y qué hora es.
- No saber dónde esta el movil y no preocuparte. ( A no ser que quieras saber que día y que hora es)
- Si estas en la montaña: Ir con las botas de montaña / bambas / deportivas todo el dia. Hay quien sale a pasear por el monte con falda larga y chanclas, porque queda muy bien para posturear en el Insta.. Cuando llevas un rato andando entre toxos y por caminos empinados, agradeces el outfit que te da la experiencia de toda una vida de vacaciones en medio de la naturaleza.
- Ir con las vacas. Ahora ya no , pero de pequeña fardaba delante de las niñas de mi cole que iban de vacaciones a la playa, de que yo en mis vacaciones salía con las vacas al prado..
- Saber que las vacas tienen cuernos.
- Conocer de primera mano cómo es el trabajo en el campo. De primera mano porque te toca hacerlo a ti también. Da igual que vengas de la ciudad y no sepas ni lo que es cada herramienta. Aprendes.
- Dormir en pleno agosto bajo una manta. Pasar en 24 horas de 28 grados a 12. Un gustazo en pleno mes de agosto
- Encontrar tu lugar especial y hacerte un foto cada año en el mismo sitio. El mío es un pino. Tengo fotos en todas las épocas de mi vida bajo su sombra… Está en un lugar con una energía especial. Inspiró uno de mis cuentos hace un par de veranos . Léelo aqui
- Dar un paseo encima de un tractor o carro cargado de hierba. Por caminos estrechos. Haciendo equilibrios para no caerte. Que buenos recuerdos de mi juventud .
- Hacer yoga en medio de un camino, bajo un túnel de arboles, y que nadie te moleste; solo el sonido del agua
- Hacer fotos de todo, no vaya a ser que de un año para otro cambien los arboles y el paisaje
- Salir a pasear sin bolso, sin mochila…. Pero con una vara ( palo ) para ayudarte a andar.
- Escuchar el motor de un coche y salir a espiar quien es cuál vieja del visillo. Y como no reconozcas el coche, ya tienes tema de conversación para un rato.
- Tener tiempo para ver a esos amigos que viven en tu ciudad y a los que solo ves cuando coincidís de vacaciones en la aldea.
- Aprender a beber agua directamente del manantial. La pose se las trae.
- Pasear con tu familia e ir conociendo nuevos detalles y anécdotas sobre tus ancestros.
- Salir de fiesta a las verbenas de los pueblos… Para mi, las mejores fiestas que he vivido.
- Aprender a distinguir los arboles: carballo, pino, castaño, nogales…
- Asumir que “te van a pasar revista” tan pronto pongas un pie en el suelo. Y nunca vas a pasar el examen con buena nota: siempre estarás mas viejo o/y más gordo que el año anterior. No importa que hayas adelgazado 30 kilos y te hayas hecho un lifting. Siempre estarás peor…
- Tumbarte encima de la hierba y dejar pasar las horas.. sin hacer nada.
- Hacer pan y empanadas en el horno de leña. Y terminar la fiesta improvisando una fiesta con baile incluído.
- Alucinar disfrutando de un concierto de tu gaiteiro favorito en un monasterio cisterciense del s.XII ( Carlos Nuñez en el Monasterio de Santa Maria de Meira, 13.08.2019 ) Mira una pequeño video aqui
- Hacerle fotos al navegador del coche porque ahí si, aparece tu aldea y ¡hasta por barrios!
- Que después de unos días en la aldea, tu entorno te diga que estas “asilvestrada”
- Ir a la feira.. a pasear y a comer el pulpo. Compartir mesa con desconocidos y entablar conversación con ellos…
- Comprar pan recién hecho en la Panadería y que no llegue entero a casa
- Disfrutar de ratos de soledad, bajo el sol del atardecer, y dedicarte un rato a escribir, ….
- Buscar cualquier excusa para no coger el coche y salir de tu burbuja de desconexión, ¡Qué pereza!
- Que tu aldea te inspire tanto que te anime a escribir un blog como este.
- Sentir que ese es tu lugar en el mundo.
¿Y tú? ¿Qué cosas “extrañas” haces cuando veraneas en el pueblo que no haces habitualmente? Cuéntame y seguimos con la lista.