Vista exterior Pazo de Santa Mariña O Corgo (Galicious)

Un amor eterno: Historia de un nicho solitario

Fue tanto el tiempo que estuvo esperando que llegara ese día, que apenas podía creerse que por fin estuviera frente a él, bajo un cielo casi ciego de nubes negras y murciélagos, iluminado por relámpagos y truenos que sonaban cada vez más cercanos. La casualidad quiso que el encuentro tantas veces soñado y anhelado se hiciera realidad.

Ella había buscado refugio en un recóndito lugar, al abrigo de la capilla del pazo. Él la vio escabullirse y salió a su encuentro.

Acababa de concluir el funeral del Sr. De la Vega, el todopoderoso terrateniente, su abuelo. Y el dolor  que le oprimía lo más profundo de su ser se transformó de pronto en alegría descontrolada cuando se vió inesperadamente frente a él. Por fin se encontraban… y esta vez a solas. ¿Cómo podía sentir esa explosión de felicidad que le hacía brillar hasta explotar la última célula de su ser? Se sentía culpable y a la vez más feliz que nunca… a pesar de que su querido abuelo acababa de ser sepultado para siempre bajo la tierra que rodeaba su amado pazo.

Fue todo tan natural. Era la primera vez que se miraban a los ojos con la intensidad de quien sabe que está frente a su destino, frente al puerto al que llegar y quedarse amarrado para siempre, frente al amor de su vida.

Habian sido muchos los años de espera. Las miradas veladas, las ilusiones.

Se detuvo el tiempo mientras hablaban con las manos entrelazadas y se confesaban sus sentimientos, hasta que se les echó la tormenta encima.

Llegó la hora de la despedida. La tormenta arreciaba. Se dieron un intenso abrazo. Un abrazo de esos en los que las palabras sobran. Largo, fuerte, pleno de anhelo. Después sellaron su destino con un intenso beso que sin saberlo, uniría sus almas para siempre si es que no lo estaban ya …

…y una promesa: “Todas as tardes , entre lusco e fusco, irei o teu encontro”

Pasaron los días y ella volvía cada atardecer al mismo lugar, confiando en la promesa que él le hizo… Pero él nunca volvió. 

Fue Olalla, su íntima amiga y confesora, a la que algunos tildaban de “meiga”, quien le puso en alerta tras confesarle el motivo de su desvelos y su decrepitud. Olalla lo supo tras realizar uno de sus rituales y no pudo evitar abrirle los ojos a la verdad de su destino. Vio el dolor , vio un alma y tuvo una premonición:

Él no volvería jamás fisicamente, pero estaba a su lado aunque ella no pudiera verlo. Había muerto arrasado por aquella tormenta tras su primer y único encuentro. Su última exhalación fue pensando en ella.

Ella estaba enferma sin que aún fuera consciente de su gravedad. En apenas unas semanas estaría enterrada en un nicho , en el mismo lugar donde aquél día se encontraron, al abrigo de la capilla.

Ella murió añorando historias vividas solo en su mente.

Él siempre estuvo a su lado.

En el último suspiro de ella, por fin se volvieron a fundir en un abrazo. Eterno. 

Olalla, con los ojos llenos de lágrimas, y amagando una sonrisa rebosante de cariño, supo que por fin ambos descansaban en paz mientras el cielo rompía a llorar sobre el pazo.

Una lluvia torrencial acompañaba a los que lloraban desconsolados mientras era sepultada en su última y eterna morada; erigida en el mismo lugar donde unos meses atrás se sintió más viva que nunca.

Fue enterrada la tarde del 30 de Septiembre de 1916.

Nicho de Doña Benita De la Vega Freire

Nicho en el que descansa Doña Benita De la Vega Freire

La inspiración de esta historia

No soy yo mucho de hacer fotos de nichos y tumbas, a pesar de la siniestra atraccion que tienen sobre mi. Siempe he pensado que hacer una foto del lugar donde reposan para siempre los restos de alguien, es vulnerar su intimidad y de alguna forma perturbar su descanso eterno.

El pasado verano por motivos que no vienen al caso, fui a conocer la urbanización de Santa Mariña en LA parroquia de Cabreiros, O Corgo y en ellla descubrí el ruinoso Pazo de Santa Mariña, que está a medio restaurar y su ¿siniestra? capilla. Siniestra porque sentí un escalofrío nada más traspasar la verja que no me abandonó hasta que salí del recinto. 

La urbanización en sí  ya me pareció digna de ser escenario de una novela o una serie de intriga.. Exclusiva a la vez que decadente, con un aire de misterio de esos que hacen que una mente creativa tirando a siniestra como la mía empiece a imaginar historias. En definitiva, un lugar con el que conecté. Gato negro cruzando la carretera sin perdernos de vista incluido. (En este caso me pareció una señal enviada por mi añorado Fusco)

Mientras daba un paseo alrededor de la capilla me topé con un solitario nicho .Y los ojos se me fueron al nombre : Benita de la Vega Freire.

Con este cuento quiero rendirle un homenaje a Benita. La moradora del nicho que tanto me llamó la atención.Una rápida búsqueda en Google no me ha aportado resultados sobre ella aunque no se porqué extraño motivo (y atracción) me encantaría conocer detalles de su vida . Me he permitido la licencia de inventarme una historia que espero que no ofenda a nadie, ha sido una simple licencia literaria ¿Que por qué me llamó la atención? Quizá fue la fecha de su muerte.. o el por qué estaba enterrada justo al lado de la capilla, en ese solitario nicho con tres bocas en que resposan los restos de personas muertas como ella hace más de 100 años. 

Desde que estoy enferma estoy mucho más sensible y receptiva a señales que antes me pasaban desapercibidas. No se porqué me atrajo tanto este sitio, ese nicho, y a la vez me infundió tanto respeto.

Tuve claro que llegado el momento y cuando las musas me acompañaran este lugar sería escenario e inspiración para uno de mis cuentos.

Y parece que el día ha llegado. Espero que lo hayas disfrutado tanto como yo escribiéndolo.

Algunas imágenes del exterior del Pazo de Santa Mariña (a medio restaurar) , que tanto me ha inspirado para crear esta historia:

La banda sonora

Aunque han sido muchas canciones especiales las que me han acompañado en la escritura de este post, en esta oscura tarde de octubre, hay una que no deja de sonar desde que he terminado el relato. Casualmente es una canción muy especial para mí. Y casualmente es perfecta para este cuento. Espero que te acompañe en la lectura.

Antes de subirme al coche me encontré con este gato que me miraba fijamente . No era negro pero …¿quien sabe?

Dedicado a la memoria de Dña. Benita De la Vega Freire. Q.E.P.D

tags:
¿Te ha gustado?¡Compártelo!
Picture of Mónica Castelao

Mónica Castelao

Necesito sentir para escribir. Me gusta escribir con el alma. Barcelonesa de nacimiento y gallega de sentimiento. Mis padres son los culpables de esta pasión por la tierra que los vio nacer. Y esa tierra, Galicia, es la que hace brotar mi particular forma de escribir. Profesora de Turismo y Marketing. Enamorada de Ribeira de Piquín.

Comentarios

Comentarios

Picture of Sobre la autora

Sobre la autora

Turismóloga reconvertida en Profesora de Turismo y Marketing | Bloguera | |Enamorada de Ribeira de Piquín | Fan de a-ha y de los gatos negros.