Hay lugares que se nos graban a fuego en la memoria. Son esos sitios que, la primera vez que los visitamos, tenemos claro que volveremos y con quién volveremos. A veces esos lugares tienen hasta banda sonora. A más de 1000 kilómetros de distancia, con la brisa del mar Mediterráneo revolviendo mi pelo mientras escribo, suena ahora esa banda sonora especial, la canción que cada vez que escucho me lleva a recodar …Ribadeo.
Un paseo por Ribadeo
Desde niña, he visitado Ribadeo casi en cada viaje que he hecho a Galicia. Mis padres son muy fans de este bonito pueblo de la costa lucense, y yo he heredado la tradición de visitarlo.Una de mis carreteras favoritas es la N-640 … el trayecto que transcurre entre A Pontenova y Ribadeo es pura magia… Curvas que serpentean entre provincias, paisajes y casas de ensueño, y la Ría de Ribadeo.. que hace de frontera natural entre Galicia y Asturias… rematada por el Puente de los Santos, que las une cual grapa de hormigón.


De Ribadeo destacan muchas cosas: su elegancia, las placa con las nomenclaturas de las calles en cerámica de Sargadelos, los lugares a los que siempre voy a tomar algo o a comprar provisiones, las antiguas casas indianas, el clima, el viaje, las vistas de Castropol, la Torre de los Moreno…
Aparqué muy cerca de la Torre de los Moreno. Esta vez, en lugar de soñar lo que sería construir en ella un fastuoso hotel , mi mente se imaginó la vida en ella muchos años atrás.. Allá por el 1920…Me imaginé entrando en una fiesta , con un vestido de gala de principios de siglo…¿Cómo sería vivir en ella en su época de máximo esplendor?… ¡Quien tuviera una máquina del tiempo!…. También pensé que sería un buen escenario para una novela de época.. Quizá algún dia la escriba. Mientras tanto, lamentablemente sigue siendo un edificio decadente.



Como siempre, después de visitar al Marqués de Sargadelos, bajé caminando hasta el puerto , Dejando detrás esas casas bajas que desde pequeña me tienen encandilada,…descendí por la larga calle empinada… y comprobé que la enorme casa bonita con vistas a la Ría de Ribadeo seguía a la venta.Esta vez no me detuve a tomar nada en los bares del puerto. Venía de comer y me apetecía andar. Asi que emprendí la subida por un lugar distinto. La calle en cuestión me llevó al mirador que hay justo delante de la mansión de los Calvo Sotelo… La rodeé y a lo lejos vi que existía una parte de este bonito pueblo que aún no conocía.



En mi camino de regreso al centro, llegue a la Plaza de Abastos. A uno de sus lados se erige uno de mis establecimientos favoritos de lugar para tomar un vino: Fumarel. Se lo recomiendo a todos los que me preguntan dónde ir en Ribadeo.. Lo descubrí hace 4 años, y me encantó su combinación de ultramarinos y bar restaurante . De aquellas el dueño muy amablemente nos enseñó el edificio, Desde entonces, LA canción me lleva a su terraza cada vez que la escucho. Aunque estaba cerrado cuando pasé esta vez. Caprichos del destino.


Pero la magia residía en otro lugar. De regreso a la Torre de los Moreno, tras rodearla, bajé por la calle Ibañez.. Nunca había estado allí. Fue como descubirir un nuevo sabor en una caja de bombones. Descendí por ella.. Y llegué hasta el lugar que , aun a día de hoy, no se porqué me robó el corazón. Descubrí A Atalaia. ¿Quizá la había visitado en otra vida?

A Atalaia, Ribadeo
Lo curioso es que no había estado tan lejos un rato antes, pero no había llegado a ella. La subida y la capilla. Las vistas. La casa de la esquina. Me senté allí un rato largo. Como siempre hago, imaginando las vidas de los que por allí pasaron.

Dice la web de Turgalicia que la Capela da Atalia , que data del s. XII, “es el edificio religioso más antiguo conservado hoy en Ribadeo”.
Investigando un poco más, leo en la página de Turismo de Ribadeo que en la Edad Media en el promontorio sobre el que se ubica se ponían antorchas para guiar por la noche a los navegantes.

Para mi es un lugar en el que estar y sentir. Una sensación difícil de explicar. Como cuando sientes que has llegado (por fin) a puerto.


Estuve un largo rato en el Mirador.
Quizá fueron las nubes que cubrían el cielo, quizá el aire….
Y volvió la canción a mi cabeza, Y regresó esa sensación, la de saber que volvería.
Change The World. Adrian Ström