Me giré para dar un último vistazo. El sol se estaba poniendo y en aquel momento solo mi presencia perturbaba la paz del castro. En una realidad paralela sus antiguos habitantes seguían con sus vidas..
Yo me subía al coche para ir a Lugo de vinos , ellos se preparaban para cenar entre los muros de Viladonga.
Los planes improvisados suelen resultar muchas veces los más divertidos y especiales.
En la carretera que va de Lugo a Meira ( N 640 ) hace poco tomé un desvío que hacía tiempo que tenía pendiente. Un desvío al s. III , al Castro de Viladonga.
Ese día volvía triste de una visita frustrada a Mestre y para romper esa sensación decidí repetir la visita después de más de 15 años.
Fue una visita improvisada y a contrarreloj. Se terminaba el día y faltaba poco para que cerrara el museo. No había nadie visitando el castro. Tal vez todo ello propició que el viaje a través de los siglos fuese más especial.
Tras una rápida visita al museo ( www.aaviladonga.es ) , donde lo que más me llamó la atención fueron unos restos galaico-romanos encontrados en Ribeira de Piquín, me dirigí al castro .
Las excavaciones del Castro de Viladonga empezaron en 1972 y a día de hoy todavía continúan, por lo que bajo las piedras que hoy vemos quedan aun muchos tesoros por descubrir. Junto con el de Santa Tecla en A Guarda ( Pontevedra ) , este es uno de los castros mejor conservados y que más visitas recibe.
“El yacimiento es un verdadero modelo formal de castro característico del Noroeste, con varias MURALLAS Y FOSOS, que albergan dos ANTECASTROS O ATERRAZAMIENTOS y una amplia acrópolis o croa central. En este recinto principal es donde se encuentran la mayoría de las construcciones descubiertas hasta ahora: viviendas, corrales y almacenes, algún EDIFICIO DE USO SOCIAL O COMUNAL, etc., agrupadas todas ellas formando conjuntos o «barrios» que se articulan en torno a DOS CALLES PRINCIPALES y un camino o ronda paralelo a la muralla principal” (Extraído de la web del Castro de Viladonga )
A partir de aquí, díptico en mano, me dejo guiar por las sensaciones y me monto mi historia. Es un lugar que a esas horas desprendía una energía especial.
Mientras recorro el castro, toco las piedras, veo a sus habitantes, caminando, riendo, hablando, viviendo su vida.. Los animales, las casas.. ellos también están viendo los últimos rayos de luz del día.
Durante un buen rato estuve dejándome llevar por las sensaciones que me transmitía el lugar y el silencio de las piedras en medio del bosque
Sin duda, la imaginación es la mejor máquina del tiempo.
27259 Castro de Rei ( Lugo )
www.aaviladonga.es
www.museocastroviladonga.xunta.es
Tf. 982 314255