“Las olas del Atlántico golpean los muros del monasterio con fuerza. Mientras los monjes duermen en sus celdas, la luna sorprende a una figura envuelta en un hábito huyendo por la playa…”
El Monasterio de Santa María de Oia, ubicado en la misma orilla del Atlántico, a 35 kilómetros al sur de Vigo, me inspiró esta y muchas historias más cuando lo descubrí hace unos años por casualidad. Estuve visitándolo por fuera ya que estaba cerrado y no fue hasta principios de este año cuando volví a él. Esta vez fue diferente , ya que tuve la suerte de poderlo recorrer en una visita privada y exclusiva.
Desde Marzo tengo este post “guardado en mi memoria”. No he encontrado el momento “especial” para escribirlo hasta ahora. Los días oscuros y fríos del otoño me traen recuerdos de esa visita y la convalecencia de una amiga que es fanática como yo los monasterios y la Edad Media me han hecho sentir que este era el momento para escribirlo y que así se le haga más amena la recuperación
Me fascina este sitio.
No pude tener mejor guía: Xabier Garrido. Una gran persona, con un aura especial, mitad cantero mitad percebeiro. Él fue quien me explicó un montón de historias y curiosas anécdotas mientras íbamos pasando de estancia en estancia. El monasterio llegó a ser baluarte de defensa de la Ría de Vigo, campo de concentración en la época de la Guerra Civil e incluso antes colegio jesuita. Después de estar cerrado durante décadas, actualmente se encuentra en frase de remodelación. Un inversor privado lo quiere reconvertir en Hotel Monumento de 4 estrellas y además urbanizar la zona de los alrededores. Personalmente , la idea de reconvertir en recinto en hotel me parece genial, porque me encantaría poder pasar una noche entre sus muros reconvertidos en alojamiento de lujo. Sería bueno para la zona porque atraería turismo de calidad. Pero como todo, tiene sus desventajas: no se respirará la misma paz en el entorno y en cuanto a la urbanización de la zona colíndante, considero que alteraría totalmente el entorno. Puedes leer más información del proyecto y del monasterio aquí .
Pero volvamos al pasado y a la visita.
La historia de su origen no está muy clara. Basada en leyendas, sí se sabe que inicialmente fue un monasterio benedictino pero no tardó muchos años en convertirse en cisterciense. Fundado en el año 1137, de todos los textos que he leído para documentarme, me quedo con esta imagen del libro “Mosteiros de Galicia na Idade Media” de Francisco Javier Pérez Rodríguez, que me regalaron hace unos meses y en el que me sumerjo de vez en cuando para viajar en el tiempo con la imaginación:
“ A lenda ( …) conta que oito monxes procedentes de Melón ( …) chegaron á beira do bar, onde despois se levantará o mosteiro, na procura de illamento e soidade”.
( “La leyenda ( …) cuenta que ocho monjes procedentes de Melón ( … ) llegaron a la orilla del mar, donde después se levantará el monasterio, en busca de aislamiento y soledad”)
«Soidade»/»Soledad»…. Si eso es lo que buscaban parece que dieron con su destino.
Como cuenta Xabier en el video, hay catalogadas decenas de marcas de canteros en los sillares del monasterio. En la Edad Media cada cantero marcaba con una seña personal las piedras que picaba, para así poder contarlas y cobrar después. Me encantó el brillo de sus ojos al hablar de los antiguos canteros ( «canteiros» en gallego ) ya que es una de sus pasiones, como verás dentro de muy poco en el blog.
Desde que leí el libro de Ken Follet «Los Pilares de la Tierra» me sentí fascinada por este mundo de piedra. Fíjate en el techo de esta estancia :
En esta fuente de piedra
El impresionante patio
Vuelve a ver el vídeo y escucha con atención las explicaciones de Xabier: ¿ te has enterado de qué famoso rey pasó aquí una temporada ? ¿ Has visto dónde estaba el reloj de sol que sólo podían ver los monjes ?
No he querido extenderme en palabras porque creo que el vídeo y las imágenes transmiten por si solos mejor que yo la esencia de este sitio.
Esta fue una visita de las que dejan huella. Tener el privilegio de poder recorrer un lugar como éste, tocar las piedras que esculpieron los canteros, las que cada día veían los monjes, pasear por encima de sus mismos pasos…Transmiten una energía increíble.
Este pasado verano los malditos incendios forestales asolaron esta zona. Como tantos otros en Galicia, durante días los vecinos lucharon por proteger su monte y sus casas. El video y las fotos que ilustran este post son del mes de Marzo.
Como decía antes, este es un post especial entre otras cosas porque me apasionan los monasterios medievales gallegos . Tanto, que fue el tema que escogí en mi tesina de final de carrera.
Después de escribirlo, me he planteado hacer realidad aquel viaje imaginario que recorría 10 monasterios gallegos… Creo que ya tengo ruta para mis próximas vacaciones en Galicia.