Acabo de volver de una semana de kilómetros, lluvia , reuniones y visitas en Galicia. Una semana en la que gastronomía y turismo han estado más unidas que nunca y en la que he disfrutado como si estuviera de vacaciones.
Inicialmente iba a marcharme el lunes a primera hora pero un mail de las Bodegas Martín Códax invitándome a uno de sus showcookings (el pasado verano tuve que dejar pasar otra invitación) me hizo cambiar de agenda sin apenas pensármelo: Cómo negarme a una visita guiada a la Bodega de ese vino que tantas veces ha acompañado mis reuniones familiares y a un posterior showcooking a cargo de Pepe Solla, al que iba a visitar días después cenando en su restaurante.
Cambié mis billetes de avión, y aterricé en Coruña el domingo por la mañana. A todo correr, ruta en coche hasta llegar a la Bodega a ritmo de tweets , que bajo los hashtag #showcookingsdecodax / #osshowcookingsdecodax iba siguiendo mientras Jose Crusat me “amenazaba” divertido con dejarme sin probar nada si no llegaba a tiempo.
Cuando entré ya estaba la visita a la bodega en marcha guiada por María Otero, así que después de saludar a algunos compañeros bloggers que por allí andaban, como Carmen Albo o conocer en persona a Jose Crusat y Luis Domenech me integré en la charla de María que ya tocaba a su fin para dar paso al #showcookingdeCodax que ese domingo corría a cargo del gran chef Pepe Solla. ( Quedan dos showcookings más en los dos domingos sucesivos, a cargo de Javier Olleros y de Yayo Daporta ) .
Dispuestas en dos U, las mesas esperaban a todos los que íbamos a disfrutar del show. En la exterior nos acomodábamos los invitados bloggers y prensa. El azar ( o el buen ojo ) quiso que me sentara en una posición privilegiada justo enfrente de la “mesa de operaciones “ de Solla y rodeada de una compañera de excepción: Carmen Albo. Nos hicimos sitio como pudimos entre las copas, las cámaras y los móviles ….
…Y empezó el espectáculo. Uno tras otro, los platos creados por Pepe Solla fueron pasando por delante de nuestros ojos y por nuestro paladar, maridados con los 5 vinos de la Bodega:
Albariño Martin Codax 2013 vs Ceviche cremoso de navajas y maíz
Albariño Martin Codax Lías 2011 vs Listado con sopa de tomates aromáticas
Albariño Organistrum 2012 vs Vieira green tallarín
Albariño Martín Códax Vindel 2012 ( se presentaba ese día en sociedad ) vs Pescado en salsa verde de algas
Albariño Martin Coda Gallaecia 2011 vs Huevo frito que no freímos.
Y de sorpresa tuvimos un postre especial maridado esta vez con Licor Café, por supuesto Martin Codax.
Fue un festival para los sentidos. La verdad es que disfruté mucho del showcooking y de la compañía. Mereció la pena el madrugón y los nervios del viaje en avión para asistir a este evento.
Al terminar fuimos a saludar a Pepe Solla. Es un chef con el que tengo una historia especial ya que hace 6 años, cuando yo no estaba interesada ni de lejos en este mundo #foodie que tanto me apasiona, organicé una cena en su restaurante para la empresa para la que yo trabajaba, pero eso es historia para mi próximo post ya que, tres días después del showcooking, viví la experiencia, esta vez disfrtutándola como es debido, de volver a cenar en Casa Solla…
Pero no terminó ahí mi primer día en Galicia. Todavía me aguardaba una sorpresa más ya que tras el showcooking había ganas de seguir en #ModoGastro y unos cuantos de los allí presentes nos fuimos a uno de esos locales especiales, un “furancho” cerca de Martin Codax, donde la comida tradicional se funde con los excelentes vinos de la Bodegas Albamar, que es donde está ubicado. La reunión gastro estuvo compuesta por Luis Domenech, Jose Crusat, Mark Auchincloss, Carmen Albo y Fidel Martin. De esa reunión recuerdo muchas risas y una comida estupenda regada con vinos y hasta con espumoso.. En qué mejor sitio para probarlo que allí mismo. Un lugar sin lujos pero con toda la esencia, de esos que me gusta visitar cuando recorro Galicia.
Al salir, una nueva sorpresa. Una estrecha carretera me condujo hasta un sitio mágico y tétrico a la vez : Santa María de Dozo. Estaba oscureciendo y las vistas del cementerio con la Ria de Arousa de fondo me parecieron estremecedoras.
Un día que sin duda me encantaría repetir de principio a fin.
Gracias a Bodegas Martín Códax por la invitación y a todos los que lo hicisteis inolvidable.