Hoy voy a escribir sobre un lugar impregnado de leyenda que en un día de tormenta debe ser aterrador.
Al recuperar las fotos que ilustran este post he sentido la misma sensación de angustia que el día que las hice. Como si alguien que yo no veía me estuviera observando. Como si volviera a sentir de nuevo ese aire espeso al pasar bajo el arco de acceso al recinto de la iglesia.
Durante años mi padre me habló de la iglesia de Os Baos, en Ribeira de Piquín. Me decía que en una de sus paredes había unas calaveras incrustadas. Siempre pensé que me estaba vacilando hasta que hace años me llevó un día a la iglesia. Y las vimos los dos por primera vez. Mi padre me confesó hace poco que a pesar de ser de Mestre , apenas a 10 kilómetros de distancia, él tampoco había estado allí nunca antes. De esa primera visita hace cerca de 20 años.
La última vez que visité la aldea de Os Baos hice estas fotos con la idea de subirlas al blog, cosa que se ha demorado bastante. Esta semana pasada alguien con quien comparto pasión por este rinconcito de Galicia, me envió un enlace de un concurso que hacían en el diario El Progreso de Lugo para votar “ a peza” ( o el lugar ) más original de los propuestos, todos en la provincia de Lugo. Iba en cabeza esta iglesia y al final terminó ganando. Ese inesperado whatsapp fue el que me hizo recordar este post pendiente sobre esa visita inquietante.
Y en esta deliciosamente galega tarde gris de otoño me pongo a escribir acerca de este lugar tan misterioso.
Tras recorrer una carretera de esas que me gustan a mí, típicas del interior de Galicia, de curvas y árboles, aparece dibujada la pequeña aldea de Os Baos, como si estuviera aislada en un pequeño promontorio en medio del bosque de la Ribeira. Una península que está unida a la tierra solo por un extremo, rodeada de las aguas del rio Rodil.
Una vez llegas a ella y empiezas a subir hacia la iglesia te vas sumergiendo en una atmosfera de soledad , silencio y abandono. Ni un alma, casas cerradas y esa extraña sensación de que alguien te observa.
Y llegas a la Iglesia y lo primero que ves es un curioso reloj de sol hecho sobre pizarra, manufactura de Lombardero, que da pistas sobre un prior y un año ,1742.
Mientras me documentaba para escribir esta entrada, he descubierto gracias al estudio de Miguel A Abraira Pérez “ La muerte de cara y la cara de la muerte. Empotramiento y exposición de cráneos humanos en tres recintos sagrados rurales de la provincia de Lugo. Análisis cultural” ( 1 ) que los Lombardero eran una familia de herreros e importantes relojeros, provenientes de Santalla de Oscos ( Asturias ) Parte de esa familia , que además estaba emparentada con el fundador de Sargadelos, se instaló en la cercana aldea de Vilarpescozo.
La palabra “prior” me llamó poderosamente la atención, ya que era señal de que ahí había existido un cenobio. Mis pasiones se iban entrelazando. En el citado estudio he averiguado que San Xoan dos Baos fue “una de las pocas iglesias que perteneció en Galicia a la orden de San Juan de Malta”.
Se iba asentando la historia con la leyenda.
Con las leyendas que mi padre aun me ha recordado hace un rato cuando le he llamado para que me las contara otra vez.
En el pórtico de la iglesia hay cinco calaveras incrustadas en la pared.
Encaradas a quien las mire ; dispuestas ordenadamente sobre una ventana con unas lúgubres vistas al cementerio.
La pregunta es obvia ¿ Quienes son y qué hacen allí ?
Sin profundizar en estudios sobre la vida y la muerte, según las dos versiones que conoce mi padre estas cinco calaveras pueden ser de:
- Monjes que habitaban en el monasterio que allí existió.
- Ajusticiados “a los que tiraban por el barranco y cuando el cadáver se pudría cogían la cabeza y la ponían allí»
Yo que soy un “poco” siniestra y adoro la Edad Media, me quedo con la segunda versión, solo por la naturalidad con la que me la han contado. Pero viendo la disposición y el lugar en el que están, seguro que hay una explicación más mística.
No he podido entrar en la iglesia las veces que he ido pero sé que dentro alberga un retablo neoclásico y una imagen policromada de San Andrés datada del siglo XV.
Imagino que las miradas vacías de los cráneos, el cementerio que está al lado, las casas abandonadas y el silencio conformar un escenario que animan a pensar en tiempos pasados y en espíritus cercanos. ¿ Sería esa la sugestión que hizo efecto en mi ?
Espero volver a visitar Os Baos pronto. ¿ Quién sabe ? Quizá haya tormenta …
(1) Puedes ver el estudio aquí : http://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/1271931.pdf