Siempre piensas que esas cosas le pasan a otros. Que nunca te van a pasar a ti ni a nadie de tu entorno. Morirse estando de vacaciones… qué cosa mas rara e inusual. Qué excentricidad. Los conceptos son opuestos entre sí: vacaciones y muerte. Eso solo se escucha en las noticias, o solo se lee en la prensa … Hasta que te pasa a ti. Hasta que un día descuelgas el teléfono y te dicen que uno de tus seres más queridos ha muerto en accidente de trafico. Así, sin más. Una perdida de control del conductor, un árbol.,. el destino. Y todo termina.
Y de pronto se rompe tu vida, Y empieza la odisea.
La odisea de la repatriación.
Y lo primero que te dicen en la embajada es que hables con el consulado. Y el consulado que les confirmes si tenia seguro. Y tú tienes que sacar la bola de cristal y adivinar si tenia seguro contratado y dónde, con qué compañía voló y todos los detalles habidos y por haber. Y cuando tú solo quieres tenerle de vuelta para poder llorarle, para poder enterrarle, tienes que hacer de tripas corazón , enfriar tu alma, tragarte tu dolor y ponerte el disfraz de investigador privado.
Y es cuando te encuentras con lo mejor y lo peor del ser humano.
Cuando corres de terminal en terminal del aeropuerto del Prat, y te topas con la empatía extrema y solidaridad del personal de Iberia y Air France frente al casi desprecio y chulería del de Ryanair y Easyjet . Y te preguntas si también serán low cost en cuanto a sentimientos.
Cuando te das cuenta de que para el consulado no eres más que un caso más que tratar, un cuerpo más que trasladar. Y que a los responsables les da igual que del otro lado del charco espere una madre devastada y una familia y amigos rotos de dolor. Lo mismo pasa con los seguros ( aunque los tengas todos contratados como este caso: Fiatc, Ocaso, Visa ). Ellos se ponen la máscara, y si tienes que esperar semanas para enterrar a tu ser querido, no es problema suyo. Por no hablar de Asistur ( ¿Asistencia al turista en Cuba? Menuda asistencia ) que es quien centraliza todo.
Hace más de una semana que perdí a mi cuñado en un accidente de tráfico en Cuba. Todavía no se cuando vamos a poder enterrarle. Y puedo considerarme afortunada.
Afortunada porque cónsules de otros países y gobierno autonómico se están volcando en ayudarme. Afortunada porque tengo amistades que nos están ayudando a tocar todas las puertas posibles para que vuelva a casa. Afortunada por todos los amigos, compañeros… que nos están apoyando incondicionalmente, aunque también estén rotos por dentro.
Enseñanzas
Mi vida se rompió el jueves 9 de marzo a las 15.20, cuando recibí esa llamada. No se como seré a partir de ahora. Se en lo que me he convertido ahora.
Y también tengo claras unas cuantas cosas:
- A partir de ahora SIEMPRE viajaré con seguro de viaje, vaya a donde vaya. Donde sea que viaje. Estas “cosas” pasan. Por desgracia.
- Por la misma causa, es importante tener un seguro de decesos, para facilitar las cosas a los que se quedan
- Las tarjetas de crédito con las que se pagan los viajes también se hacen responsables de parte de las coberturas. Tenerlo en cuenta
- Si tienes la desgracia de verte en una situación parecida, toca todas las puertas que conozcas, no dejes ninguna sin llamar, porque no sabes quien puede tener la llave que te pueda ayudar.
Gracias a todas las personas que nos estáis ayudando a traer a Carlos de vuelta a casa. Nunca tendré suficientes palabras para agradecéroslo.
Mientras tanto , 9 días después, sigo esperando por ti, sigo tocando puertas. Solo quiero que vuelvas.