Escribo bajo la sombra de un nogal. Escucho el sonido del aire meciendo las hojas de los árboles y del agua brotar en la fuente. Un perro y la coruxa Maruxa nos acompañan en la lejanía con sus sonidos. Estoy delante de un estanque con una hortensia azul en medio. A mi derecha, una mágica casa de piedra rodeada de dos rios . A mi izquierda mi ayudante. Estamos rodeados de agua y paz.
Escribo desde uno de mis refugios favoritos: Casa do Batan.
Cuando pensamos en irnos de vacaciones todos anhelamos cosas diferentes: viajar por el mundo, ir a la playa, ver a la familia, a los amigos…. Pero todos compartimos un deseo: desconectar.
Desconectar de nuestra vida habitual para conectar con los sentidos: la vista, el oído, el tacto, el olor y el gusto.
A pesar de llevar varios días en Galicia, mis sentidos están activos y conectados desde ayer …
La vista : El mejor banco del mundo ( Loiba , A Coruña )
Hace un par de años que mis buenos amigos Luz y Antón me descubrieron este lugar. Por aquel entonces no era tan conocido como lo es ahora mismo. Recuerdo aquel día con un cariño especial porque allí probé por primera vez las famosas ( y deliciosas ) magdalenas bataneiras.
Hoy he vuelto a sentarme en él, por suerte a solas. La masificación aún no ha llegado a él porque los visitantes se confunden y se paran en el banco anterior.
Es un lugar en que la naturaleza parece que te hable al oído. A mí el aire me ha insuflado de energía y me ha dicho que volvería.
El oído: el del agua que rodea Casa do Batan ( Chavín, Lugo )
Por tercer año consecutivo he venido a refugiarme unos días en este lugar. La magia sigue y cada vez que cruzo el puente de acceso es como si entrara en otra dimensión. Fuera se quedan los agobios, el estrés… aquí solo hay paz. El murmullo del agua acompaña en todo momento. Sus dueños dicen que es por el agua que pasa por debajo de la casa . Yo creo que hay algo más. No se que es, pero espero que lo conserven muchos años porque solo en otro lugar consigo sentirme tan bien como aquí. Y ese lugar lo visitaré mañana.
El tacto: La arena bajo mis pies en Porto de Bares ( A Coruña )
Es como si pisaras seda. Arena fina, blanca, suave.. al lado de un agua azul turquesa. Mucha gente no se creería que un paisaje tan idílico está en la Galicia Norte. Un entorno de ensueño que pude disfrutar sin turistas ni aglomeraciones. Seguro que dentro de pocos días esa paz desaparecerá, pero no el entorno bucólico.
El olor: a montaña lucense
A pesar de llevar las ventanillas del coche cerradas, el olor “a verde” se colaba dentro. Bajar las ventanillas y respirar profundo. En ningún lugar la montaña huele como aquí. Parase y sentir la brisa en el fondo del Grandón en Mestre.
Y qué decir del mar. A pesar de que vivo al lado del mar, raras veces percibo el olor a mar tan intensamente como se percibe en Galicia
El gusto: Restaurante Alborada ( A Coruña )
Hacía mucho tiempo que quería conocer este restaurante y probar los exquisitos manjares que Iván Domínguez elabora en la cocina del Alborada. Por fin esta semana he conseguido vivir mi propia #GastroXperience ( en mi próximo post te lo cuento ) y días después parece que aún estoy saboreando el xurel, la sardina, los aperitivos………..
Especial mención a las magdalenas, la bica, la empanada ….y el resto de manjares que durante dos días disfruté en Casa do Batán. Y esa cena bajo el hórreo a la luz de las velas que tardaré mucho en olvidar…
Escrito en el jardín de Casa do Batan el 26 de Junio de 2015