Este es un post muy especial. Es la crónica de un verano diferente. Durante casi un mes he estado recorriendo Galicia de punta a punta, de lado a lado….Visitando lugares ya conocidos y descubriendo otros nuevos. Viviendo nuevas experiencias y recordando vivencias pasadas desde mi banco particular… Ha sido un verano intenso. Un verano Galicious desde que pisé el suelo el día que llegué hasta que me subí al avión hace pocos para volver a Barcelona. He disfrutado de todo lo bueno que tiene Galicia: paisaje, arte, clima, cultura , música, gastronomía y , cómo no, de su gente. Aunque también he tenido la desgracia de ver sufrir esta tierra y sufrir con ella : la he visto arder por los cuatro costados. Nunca había visto el fuego en el bosque tan cerca y tan lejos…. El humo del incendio de Ézaro se veía a más de 40 kilómetros. El fuego en la noche cortaba la respiración. Impotencia. Rabia.
Ha sido un verano de contrastes. Me reafirmo en mi respuesta a la eterna pregunta “¿Qué no debo perderme de Galicia?” ; es imposible conocerla sólo unos días de vacaciones. Porque Galicia crea adicción. Y porque cuando la recorres no dejas de encontrar nuevos lugares “imprescindibles” que añadir a la lista de “pendientes”.
Te preguntarás en qué he invertido mi “casi” mes de vacaciones en Galicia para que haya sido tan especial…. Pues ahí va un adelanto
Mis nuevos descubrimientos….. han sido muchos, tanto paisajísticos como gastronómicos…
Uno de mis platos favoritos es el pulpo a feira, por lo que he aprovechado para darme varios homenajes y los he probado en varios formatos: desde el tradicional plato de pulpo en una mesa corrida en la Feira de Meira al es-pec-ta-cu-lar bocadillo de pulpo que probé en una tranquila terraza de A Pobra do Caramiñal. Ese bocadillo y los enormes y sabrosos mejillones que lo acompañaron ( y la compañía por supuesto ) convirtieron ese sencillo almuerzo en uno de los que con más cariño recuerdo de todas las vacaciones.
Muy cerca de allí, me esperaba el Monte da Curota. ¡Qué vistas! A pesar de la canícula que había a causa de los incendios, desde allí disfruté de unas vistas alucinantes . Se distinguen en un día despejado de Fisterra a las Islas Cies. La Ría de Arousa, las dunas de Corrubedo, y el monte Louro. Además en alto del Monte, caballos en libertad y si subes hasta la cima, un parque eólico de fondo … No te puedes ir de la zona sin subir. Por cierto, hay un pequeño bar, que no tuve la suerte de encontrar abierto.
He visitado el Castillo de Monterrey, al lado de Verin ( una pena que no esté mejor conservado ) y he llegado un par de veces a la frontera con Portugal. Una de ellas fue desde la aldea de Atrave, en Ourense, donde me sorprendieron la tierra y el paisaje tan diferentes de la montaña lucense…y lo mucho que miman los castaños, que son como los “tesoros” de cada casa… Gente muy, muy acogedora.
Y del interior ourensán a la costa lucense….
Aunque ya conocía Viveiro, gracias a unos buenos amigos descubrí un restaurante típico: As Tixolas, en la zona de Covas. Después de compartir entre 4 un delicioso chuletón de buey me llevaron de ruta por la zona de costa de O Vicedo , visité playas como la de Picón o la de San Roman hasta el puerto do Barqueiro, donde disfruté de un gintonic entre risas y con unas vistas de ensueño. ¿Te he dicho que en esa zona está el “mejor banco del mundo” ?Lo encontrarás en Picón. ¿ Y el mejor hotel boutique? También : Alójate en Casa do Batan y además de descansar en un entorno de ensueño ellos te recomendarán una ruta de las que no aparecen en las guías… ( Si no lo conoces aún, pasate pronto por el blog y tendrás más información ) Terminé ese día viendo el atardecer en el Faro de Punta Roncadoira 😉
He conocido el Faro de Corrubedo y la playa de As Furnas ( en Xuño ), famosa por ser la playa en la que el malogrado Ramón Sampedro tuvo su accidente ( ¿Has visto la película «Mar Adentro»? )
Dos terracitas recomendables : en Santiago de Compostela , la del Hotel A Quinta da Auga y cerca de la ciudad la del Restaurante Pontemaceira, en el pueblo del mismo nombre ( un pueblo idílico, por cierto ), con unas relajantes vistas sobre el rio.
Una terraza que ya conocía pero que te la menciono porque me pasé una tarde de risas muy agradable y en un ambiente muy recogido es la del Hotel Costa Vella en Santiago.
Mención especial ……. merecen estos sitios:
Primero, la zona de O Rosal, donde entre otras cosas, visité varias bodegas, como las de Aldea de Abaixo (Gran Novás y Señorio da Torre sobre lias son sus vinos ) y conocí un restaurante emblemático en A Guarda: la Casa Chupa-Ovos. Apuntadísimo en la agenda para próximas visitas. Aluciné con sus apupos. ¿ no sabes lo que son ? ¡¡Pues tendrás que ir a descubrirlo…!! te adelanto que están buenísimos.
Restaurante que ya ha pasado a formar parte de mis visitas imprescindibles en Galicia: O Fogar do Santiso… ¡¡ qué hamburguesas ¡! Y qué entorno.. Todos los productos que se sirven en él son cultivados o criados por ellos mismos, así que te puedes hacer una idea de la experiencia gastronómica que es comerse allí unos pimientos de Padrón o una empanada de millo con vieiras….
Y por último, a Illa de Arousa, el larguísimo puente que la une con la península y su faro, reconvertido hoy en el Restaurante Punta Cabalo. Pocas veces he disfrutado tanto de un almuerzo ( de hecho fui dos veces ) : no sé si me impresionó más la comida o las idílicas vistas del Barbanza desde la zona de Arousa. Próximamente te contaré más acerca de este bello lugar. Pero desde YA, es uno de mis “restaurantes Top”
He vuelto a visitar…..la siempre bella Santiago de Compostela, el idílico Allariz y la milenaria Lugo. A Coruña y su Aquarium Finisterrae.
En Noia, además de visitando su casco antiguo, estuve en la misteriosa Iglesia de Santa Maria A Nova, rodeada por un fantasmagórico cementerio ( en medio del pueblo, hay casas que tienen vistas directas al camposanto ) y con una interesante colección de lápidas de antiguos gremios medievales en su interior. Si has leído el libro “El Ángel Caído” de Javier Sierra la reconocerás. Allí también he descubierto el Restaurante Mar da Vila. Uno de los imprescindibles en Noia.
No todos los días he estado viajando. También he disfrutado de mi paraíso particular. He pasado unos días de relax y desconexión en la aldea que son los que con más cariño recuerdo.
En Ribeira de Piquín , he ido a visitar la perturbadora Iglesia dos Baos y he paseado por debajo de la emblemática Pena de Millares. He estado en casa disfrutando de mi familia, divagando y gozando “de no hacer nada” más que mirar el paisaje y escuchar el sonido del bosque.
En A Pontenova, además de visitar Os Fornos ( mis antepasados maternos vinieron de Euskadi con motivo de su construcción ) ,he conocido la Iglesia de San Salvador de Vilarmide ( construida en 1787 ) , he ido a ver de nuevo el Santuario del San Pedro Fiz ( espeluznante la fuente rodeada de árboles con pañuelos colgando de sus ramas ) y he redescubierto casas rehabilitadas en la aldea de mi madre Sampayo, donde emociona ver como gente sin ninguna vinculación con esta tierra compra casas para remodelarlas y venirse a jubilar en ellas. ¡¡Ojalá se repitiera el ejemplo en todas las aldeas de Galicia!!
Como curiosidad…..mi historia con el rio Miño:
He estado en su nacimiento , en el Pedregal de Irimia, cerca de Meira y en su desembocadura, en Camposancos, A Guarda. El día que fui a visitar el Pedregal resbalé y me caí entre las rocas. Como me han dicho recientemente: “suerte que no te tiraste en la desembocadura también” …..
Como te decía, he descubierto sitios nuevos repartidos por las cuatro provincias y tras recorrer muchos kilómetros. Me permito la pequeña licencia de no incluir en qué provincia está cada uno de ellos, pero puedes consultarme ( y seguir el blog si aún no lo haces ) si tienes alguna duda en Facebook (https://www.facebook.com/galiciousgourmet) , Twitter (https://twitter.com/GaliciousOnline ) o mediante el formulario de la sección de Contacto del blog.
Para concluir mis vacaciones, el último día asistí a una Masterclass de Mario Schumacher en el Hotel Bahía de Vigo sobre su experiencia en la organización de blogtrips. A parte de que la charla fue emocionante ( emoción, una de las palabras que Mario más repitió ) fue gratificante reencontrarme ( y desvirtualizar a algunos ) a muchas de las personas que he ido conociendo a lo largo de este año que está a punto de cumplir el blog. Fue un momento reconfortante para mí y una bonita forma de casi terminar las vacaciones.
Porque el broche definitivo lo puso volver en el avión con mi amiga de toda la vida, Cristina , con la que coincidí en Galicia por primera vez después de estar desde los cuatro años hablándole de ella …. ( ahora que lo pienso…¡se terminó casando con un gallego! 😉 )
A ella y a todos los que habéis hecho que estas vacaciones hayan sido realmente inolvidables….
GRACIAS.