Una de las cosas por las que adoro el invierno, es que con las temperaturas bajas, además de abrigarme bajo capas y capas de ropa, llega la época de la gastronomía consistente. Los platos de cuchara, de digestiones lentas, que piden a gritos sofá y manta para dejarlos reposar en nuestro estómago.
Uno de esos platos es el Cocido, y hace unos pocos días, la capital mundial del cocido, Lalín, presentó su 47 Feira do Cocido en Barcelona.
A raíz de una propuesta de Amancio López, gerente de Hotusa hizo al Concello de Lalín , el Hotel Eurostars Grand Marina acogió a diversas personalidades del ámbito turístico, gastronómico, empresarial y social de la capital catalana para presentar este suculento manjar, esta vez cocinado por los chefs lalinenses Alejandro Iglesias, del Restaurante Cabanas y Conchi Peiteado, del Restaurante Agarimo.
Asistí como acompañante de mi amigo Manoel Carrete, Presidente del Centro Galego de Barcelona ( que la día siguiente era reelegido en el cargo ) y tengo que decir que el cocido estaba… de vicio. Me encantó.
Compartí mesa con un elenco de personas con las que de una manera u otra había estado relacionada en el pasado, o en tiempos más cercanos. Así, además de con Manoel, estuve al lado de Leopoldo Clavería, del Restaurante Casa Darío, con cuya hija hace ya unos cuantos años coincidí en el grupo de gaitas del Centro Galego de Barcelona. Conocí a Maria Ferreiro, con quien descubrí que tenía muchas cosas en común .Me encantó conocer al Concelleiro de Turismo e Novas Tecnoloxías, Jose Antonio Rodriguez, que me habló sobre el #CocidoTrip que al día siguiente celebraba en Lalín mi querido Xavi Life ( al que estaba también invitada pero no pude ir ). Y por último conocí a los Sres. Iglesias, Cándido y Pura, propietarios entre otros restaurantes del Rias de Galicia, con los que compartí una animada charla recordando la conversación que tuve con su hijo Pedro cuando fuí a comer a la Bodega 1900 hace unos meses.
Pero lo interesante además de las relaciones personales, era el cocido. Es una pena que con las fotos no se pueda transmitir el sabor. Si no fuera por mi dieta auto impuesta debido a los excesos gastronómicos del último año, podría estar comiendo un cocido como ese cada semana. 🙂
El cocido para mí tiene una simbología especial ya que gracias a Xavi y aquel primer #CocidoTrip que organizó en 2013 , mi blog y mi vida, dieron un giro importante. Este año no pude ir a la tercera edición, pero este, diferente, me quitó la espina de comer un buen cocido este año.
Y mientras escribo estas lineas, el cielo empieza a llorar agua, y baja la temperatura..
Tiempo de cocido.