Cada vez que visito Sant Miquel del Fai me imagino cómo sería la vida de los pocos monjes que allí vivían en el siglo X. Asistiendo a misa en la fría capilla construida bajo una gruta, rodeados de cascadas , con esas cuevas recónditas y aislados en esa montaña en silencio.
Es un lugar misterioso.
Después de una carretera con unas cuantas curvas, de pronto llegas al aparcamiento, al lado del cauce del rio. Todo es silencio ( sobre todo si tienes la suerte que he tenido yo hoy de no encontrarme a nadie visitando este Espacio Natural ). Pero al cruzar el puente de piedra y pasar a través de las dos enormes rocas que hacen de puerta natural, ese silencio queda atrás y es el agua de las cascadas la que acompaña al visitante.
Para mí Sant Miquel del Fai tiene 4 lugares mágicos. Me han impresionado desde siempre.
De pequeña visitaba frecuentemente este lugar, que está a solo 40 kilómetros de Barcelona. No se porqué mis padres tenían fijación con él, pero por lo que he comprobado en Facebook al compartir una foto de la visita, debía ser el sitio de moda porque muchos de mis amigos catalanes recuerdan haber estado también de pequeños y, sobretodo, esa inconfudible pegatina que adornaba muchos coches allá por los años 80 ( y que los amantes de lo retro todavía pueden comprar hoy en la tienda de souvenirs ) .
Si hay dos símbolos que representan a Sant Miquel del Fai, a parte de las cascadas ,a la entrada del recinto: son la abadía del S.XV y la Casa del Priorat . Hoy en día está cerrada y sus salones se alquilan para eventos. Siempre he tenido ganas de verla por dentro porque se conserva su distribución original. Tal vez algún día organice algo allí.
Un poquito más adelante , pasado el lago artificial bajo la terraza panorámica llega el primer lugar mágico para mi:
La Iglesia de Sant Miquel . De estilo románico, es la única iglesia cueva del país que está construida íntegramente bajo una gruta. Es impresionante. Un pasillo bajo la piedra separa la iglesia del campanario, que está justo enfrente. ¿Cómo debía ser la vida de aquellos monjes benedictinos levantándose a horas intempestivas para los maitines? Hoy mientras estaba quieta allí en medio de aquella iglesia los imaginaba….
Después de ver el audiovisual que hay justo al lado de la iglesia, el resto de la visita es para disfrutar de la naturaleza hasta llegar al final de la misma, donde está la Ermita de Sant Martí, del s.IX. El final del camino.
Pero antes, hay otros dos momentos mágicos en mi visita.
Uno de ellos, la bajada a la cueva de Sant Miquel. Las escaleras de acceso me siguen pareciendo tan criminales como cuando era niña, pero merece la pena recorrerlas para ver el espectáculo de esta pequeña cueva subterránea, que fue descubierta en el año 1847 y que termina en un pequeño lago. Como el resto del espacio natural, si tienes suerte de visitarlo en época de muchas lluvias, el espectáculo es digno de ver.
De vuelta de los infiernos ( después de subir las escaleras de vuelta al paseo ) , se puede recuperar el aliento tomando asiento al lado de la estatuta del escritor Josep Plá en la Plaça del Repós. Por unos segundos parecía que de verdad estuviera vivo y me estuviera contando confidencias mientras se fumaba su pitillo.
De vuelta al camino, el sonido cada vez más intenso del agua anuncia que cerca está la Cascada. Sin duda mi lugar de referencia de este espacio natural. Dejando a un lado el “Llac de les Monges” , llegamos mi gruta favorita.
Siempre me pareció un sitio especial, que transmite muchísimas sensaciones. La de cosas que habrán pasado y la de palabras que habrán escuchado aquellas piedras a lo largo de los siglos.
¡Y la de fotos y flashes que habrán tenido que soportar!
El haber tenido la suerte de poder estar ahí sin gente es todo un privilegio.
Pasado el salto de agua, el camino avanza hasta una bifurcación. Hacia la izquierda se baja a una zona de picnic bar y parque infantil. Cerrada en invierno, solo abierta los fines de semana, y si sigues el camino , a la derecha, llegas directo hasta la Ermita de Sant Martí.
Justo a su lado está la última de las cuevas, la Cova de Les Tosques. Hoy no he bajado a visitarla, pero puedes hacerlo si llevas calzado adecuado y utilizas casco (te lo proporcionan alli mismo )
Si te decides al visitar el parque, dos recomendaciones: calzado y ropa cómoda y , sobretodo si vas en invierno, lleva algo para comer o beber , por si te entra el hambre, porque no hay donde comprar nada.
Mientras visitaba la Ermita, tenía la sensación de que estaba siendo vigilada, de hecho se escuchaban ruidos entre la maleza… No he podido identificar lo que era pero me ha estado siguiendo un buen rato mientras regresaba de vuelta a la Cascada. En mi imaginación, me hubiera gustado que fuera el espíritu errante de algún antiguo monje ..pero a plena luz del dia y con el sol brillando a placer, seguro que algún animal aburrido se estaba entreteniendo siguiendo mis pasos.
El camino de regreso, deshaciendo los pasos andados, me ha hecho volver a vivir todos esos momentos mágicos que de niña ya me asombraban.
Sin duda ha sido una mañana de lo más reconfortante. Por poner algún pero , me ha parecido excesivo el precio de la entrada, 8 euros por persona. Por pasear por la montaña. Creo que si la entrada fuera a mitad de precio, tendrían más visitantes, porque sin duda es un sitio ideal para pasar el dia en familia, con amigos, en pareja, solo….y disfrutar de la naturaleza y la magia del lugar.
Esta es una de mis recomendaciones “Fuera de Galicious” pero que quería compartir contigo para que la conocieras.
¿Te animas a visitar estos más de 1000 años de historia?
Puedes encontrar más información en la web de Sant Miquel del Fai
www.santmiqueldelfai.com
Sant Miquel del Fai /Cingles de Bertí
info@santmiqueldelfai.cat
Tel. 93 865 80 08 | 93 865 80 25
Acceso desde el pueblo de Sant Feliu de Codines , en la comarca del Vallés Oriental, Barcelona.