Esta mañana un trueno impresionante me ha hecho saltar de la cama. Diluvia. Se está acabando el mes de agosto; y lo que para muchos sería un motivo de tristeza, porque no es día de playa o porque las vacaciones llegan a su fin, para mí es una alegría y un motivo de inspiración… porque me encantan los días de lluvia y porque la semana que viene me voy a Galicia. De vacaciones. Siempre a contracorriente.
Como siempre, tengo en mente unos cuantos sitios que visitar o que redescubrir. Como siempre, algunos se quedarán para otra vez, y otros no incluidos en mi lista mental serán descubiertos.
Lo que sí sé, es algo que haré seguro: pasaré unos días nutriéndome de energía en mis orígenes; en las dos pequeñas aldeas lucenses que vieron nacer a mis padres. En esos lugares donde encuentro la paz.
Energías necesarias después de semanas de duro e intenso trabajo. De días sin horarios. De reuniones sin fin.
Y este año sí que van a ser unas vacaciones diferentes. Por varios motivos personales, este año deseo que llegue ese viaje a Galicia, más que ningún otro. Reencuentros ansiados: con la familia, con los amigos, con esas personas especiales a las que tanto quiero…
Y novedades para algunos, porque este año viajo con un pequeño ser que acaba de llegar a mi vida: Fusco, el gato negro que tantos años llevaba esperando, y que por fin me ha encontrado hace justo 15 días. No sé cómo se adaptará a Galicia. Si se enamorará como yo. De momento duerme plácidamente a mi lado con esta música de fondo, que lleva días obsesionándome. Cada vez que la escucho me traslado mentalmente a un camino rodeado de frondosos árboles que apenas dejan ver la luz del día..¿ Se puede tener morriña antes de llegar a Galicia ?
Estoy deseando hacer la maleta y poner jerseys y chaquetas, porque por la noche refresca. Unas bambas y tejanos, para pasear por la montaña y no llenarme las piernas de arañazos . Un bañador para perderme en un Hotel Spa ( ¡que acepte mascotas claro! ) . Ordenador, tablet, cámaras… porque hay que trabajar… Pero, voy a estar en Galicia. Donde quiero estar. No quiero playas mediterráneas atestadas de gente, de turistas y sol todos los días. Quiero Galicia. Desde niña, no he encontrado aún ( y se que no lo haré ) un sitio mejor para irme de vacaciones.
Voy a disfrutar cada minuto que pase en esa tierra.
Quiero:
Coger el coche y perderme para descubrir sitios nuevos, sin mapas, sin preguntar a nadie, guiada por el instinto. Con buena música y mejor compañía.
Salir a andar y perder las horas sentada bajo un árbol.
Respirar el aire que viene desde la Sierra de Meira en la Aira de Capela de Mestre.
Sentir Galicia
Sentirme #Galicious.
(*) La frase que titula este post me la regaló no hace mucho una persona a la que admiro profundamente. Al principio me chocó, pero después de dejar fluir mis dedos sobre el teclado para escribir estas lineas… Creo que empiezo a entenderla. ¡Gracias 7!