Te tenia miedo antes de conocerte, pero esta vez tenia la intuición de que contigo iba a ser diferente. Al menos sentía que iba a intentarlo.
Hasta que llegó el momento en el que te conocí. Sentí miedo al verte venir… pero tu carita de pena y tu halo de ternura hicieron que en poco rato me atreviera a acercarme a ti. Creo que incluso me atreví a acariciarte. Tú también parecías tener miedo.
Al día siguiente esa primera caricia dio paso a dejar de temblar cada vez que te tenia delante. Al tercer día nos fuimos de paseo por el bosque, yo cada vez me sentía más segura a tu lado.
Han ido pasando los días y ya no me asusto si te veo venir corriendo hacia mi. He sido capaz de estar contigo a solas, de darte de comer… Hasta te he echado de menos cuando llevaba tiempo sin verte.
Hoy, cuando volvía a casa de noche, has aparecido en la puerta, mimosa como siempre.Me ha partido el alma no dejarte entrar, pero tienes que volver a casa con los tuyos. Si no tuvieras dueños te llevaría conmigo. Seguro que hacías buenas migas con mi panterita.
Siempre recordaré este verano por haberlo compartido contigo. Gracias a ti he hecho cosas que en mi vida había hecho y no puedo más que estarte agradecida. Eternamente.
Se que el camino que me queda es largo, pero tú me has ayudado a dar el primer paso. Y solo por eso, te llevaré siempre conmigo.
Espero que no te olvides de mi cuando me vaya. Yo no lo haré. Cris me ha prometido que me enviará fotos tuyas “para que me nutra de tu cariño”. Te espero el año que viene para seguir dándote mimos cada vez que aparezcas por la puerta.
Gracias Margarita.
Post Scriptum
Margarita es la perra de mis queridos vecinos de Mestre. Tengo fobia a los perros desde niña. Me han mordido 3 veces. Quienes me conocen bien saben que es imposible que yo me acerque a un perro y son conscientes de los ataques de pánico que me dan cada vez que tengo uno suelto cerca y no tengo donde esconderme ni cómo protegerme.
Tener una fobia es algo muy duro que poca gente comprende y que coarta la vida de quienes la padecemos. En mi caso, el no atreverme a ir a muchos sitios “por si viene un perro”, me ha privado de hacer muchas cosas que para el resto de la gente son algo normal.
Hay muchos tipos de fobia: a los perros, a las palomas, a las arañas, a las serpientes, a los espacios abiertos, a los espacios cerrados, a las alturas….
Si tienes cerca a alguien que padece una fobia, la que sea, intenta ponerte en su piel. No le digas que “no pasa nada” o “no hace nada”, como me dicen a mí. En nuestra cabeza sí que pasan cosas, y no las podemos controlar. Solo necesitamos comprensión, ayuda y paciencia.
Y cuando nos sintamos preparados, la afrontaremos.