Me encanta dormirme escuchando el sonido de la lluvia sobre mi cabeza los días de tormenta, despertar con el sonido de la fuente que brota delante de casa en la aldea, cerrar los ojos mientras escucho las olas del mar…
Hace poco he descubierto un nuevo lugar para entregarme a este vicio secreto, escuchar el sonido del agua. Está en Asturias.
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